Hoy ha caído la primera nevada en Berlín, las temperaturas han bajado mucho en cuestión de un par de días, ha sido entonces cuando de repente me he dado cuenta de que el invierno ha llegado. Ha pasado tan rápido el otoño que casi no lo he notado, o quizás he estado tan ocupada, con la cabeza en tantas cosas que estos dos meses me han parecido dos días. Sea como sea lo cierto es que me encanta esta época del año y me hubiese gustado haber podido aprovecharla más, sobre todo en una ciudad como Berlín, donde sus calles son el perfecto paisaje de una ciudad en otoño.
Una de las cosas que más me gusta de vivir en Alemania es que las estaciones están muy marcadas. En mi ciudad natal, al sur de España existen prácticamente dos estaciones: invierno y verano. Pasamos muy rápido del chaquetón al pantalón corto, de un frío húmedo que se te mete por los huesos a un calor bochornoso. Sin embargo en Alemania es diferente, las cuatro estaciones son claramente distintas, las primaveras son verdes, los veranos calurosos, los inviernos fríos y blancos y los otoños son simplemente maravillosos.
Berlín es una ciudad con muchas zonas verdes, hay árboles y parques repartidos por toda la ciudad. Los mismos parques verdes que florecen en primavera están blancos en invierno y completamente cubierto de hojas en otoño.
Berlín podría ser la protagonista en cualquiera de esas típicas postales otoñales. Durante estos dos últimos meses he ido coleccionando foto de diferentes suelos otoñales de Berlín, y hoy dando por concluida esta estación os voy a mostrar algunas de ellas.
He aprendido muchas cosas durante el proceso de hacer todas estas fotos, como la gran variedad de árboles diferentes que hay en Berlín o a detectar lo avanzado que está el otoño dependiendo del estado de las hojas que encuentras en el suelo.
Nada más acabar el verano, cuando empieza a refrescar y a caerse las primeras hojas de los árboles se puede ver perfectamente el color tan fuerte y vivo que aún mantienen las hojas en el suelo.
Conforme va avanzando el otoño las hojas se empiezan a secar, empiezan a perder su color natural y a volverse color marrón. El mix de colores y tipos de hojas es precioso.
Entonces va pasando el tiempo y todas las hojas se van volviéndose del mismo color, de amarillo a marrón y todas las calles adoptan el típico color otoñal.
El siguiente paso es el momento que más me gusta, cuando las hojas se secan, se endurecen y se vuelven completamente marrones y si tienes suerte hasta puede que pilles alguna hoja atrevida de un color diferente entre las demás.
Esta es una de mis fotos favoritas, debo aclarar que la hoja no la coloqué para la foto ahí en medio. Estaba andando por un parque y cuando me topé con esta imagen a mis pies saqué corriendo la cámara y lo inmortalicé. Una hoja diferente entre tantas, expuesta y tan bien colocada sobre las demás.
El fin del otoño también se puede prever por el estado de las hojas en el suelo. Estas ya empiezan a estar más quebradas, sucias y apagadas. En esta etapa ya se ven los árboles completamente pelados y el paisaje empieza a parecer más invernal.
Hace un par de días que las temperaturas han bajado bruscamente, hasta el punto de que hoy ha caído la primera nevada del invierno, toda la decoración de navidad ya está colocada por las calles. Solo me queda esperar al invierno, que si os cuento un secreto, ¡estoy deseando que llegue!
2 Comments
Muy bonito el post.
Muchas gracias por el comentario Mario 🙂