Valeta es la capital de Malta, una visita obligatoria -y casi inevitable- en el país. Por su belleza y tranquilidad y también porque como indiqué en mi post sobre qué ver y hacer en Malta, si te mueves por la isla en autobús obligatoriamente vas a tener que pasar por Valeta para ir a cualquier otra ciudad, ya que todas las conexiones salen desde allí.

Cuando pensamos en un país o en alguna ciudad siempre solemos tener una idea preconcebida, tendemos a imaginar cómo es o qué cosas encontraríamos allí. La imagen que me venía a la cabeza cuando pensaba en Valeta era de una ciudad medianamente grande, con altos edificios y grandes avenidas. Tal vez fue porque no iba bien informada, o tal vez porque la palabra ‘capital’ me suena a ‘grande’. Sin embargo para mi sorpresa la ciudad era todo lo contrario a lo que me imaginaba. 

Valeta es una ciudad bastante pequeñita, su población no llega a los 8.000 habitantes y está situada en una península al este de la isla de Malta. En 1980 Valeta fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Había pasado ya tiempo desde mi último Fotorrelato, ya tenía ganas y después de mis primeros 30 minutos en Valeta sabía que sería mi siguiente Fotorrelato. Llegué a la estación de autobuses y para entrar a la ciudad había que atravesar un puente colgante, nada más llegar al otro extremo me encontré con una visión totalmente diferente a la que tenía en mente. Una ciudad hecha totalmente de piedra, con pequeñas calles que salían por todos sitios y mucha tranquilidad.

Me encantó la sensación de libertad que transmite la ciudad, en todas las callejuelas perpendiculares a la calle principal encuentras una salida al mar.

Una gran parte de los muros en la ciudad antigua están desconchados, aunque ves personas entrando y saliendo de ellos y ropa tendida en las ventanas.

Bajando por la calle principal encuentras muchos monumentos oficiales como el Ayuntamiento o el Parlamento.

También encuentras muchos artistas por la calle. Me encantan los caricaturistas, lo confieso. Siempre que veo a alguna persona dibujando caricaturas por la calle me quedo embobada mirando.

Una peculiaridad de la ciudad es la inclinación de sus calles, todas caen hacia el mar. Si andas hacia abajo es perfecto, solo tienes que dejarte caer y disfrutar del paisaje. Otra de las cosas que me llamó bastante la atención es la fuerte influencia inglesa que se encuentra por las calles, en la siguiente foto se puede ver al fondo un buzón de correos rojo típico inglés. Además tanto en Valeta como en otras ciudades de Malta encuentras normalmente por las calles cabinas o buzones rojos.

Desde el mar hacia la ciudad la vista es preciosa, se puede apreciar incluso más la inclinación de las calles.

Bordeando Valeta por la costa las vistas son preciosas, tanto de la ciudad en sí como del otro lado de la costa y del puerto.

Las vistas del puerto y el mar son preciosas. Incluso parece que está super cerca la península Valeta de la otra parte de la isla de Malta.

Si visitas la ciudad en pleno agosto el calor puede llegar a ser insoportable. Nosotros teníamos planeado ver Valeta y luego ir a otro lugar a alguna playa aunque no pudimos aguantar el calor. Así que en el primer sitio medianamente accesible que encontramos paramos a darnos un chapuzón con la idea de estar solo unos 20 minutos. Al final estuvimos más de una hora en el agua. 

Lo que más me gustó de este baño fueron las vistas, justo en frente tienes la otra parte de la isla de Malta.

Valeta es una ciudad preciosa, definitivamente hay que visitarla sin prisa y con calma. Puedes pasear por cada una de sus calles y disfrutar de todos sus detalles y lo mejor de todo es que aunque estés dentro de la ciudad, si lo buscas, siempre puedes ver el mar.

Todo esto sin nombrar que las mejores vistas de la ciudad de Valeta están a un paseo en barco.